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CENTRO EDUCATIVO DE NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ 

“FORMANDO EN Y PARA LA PAZ, COMPROMISO DE LA COMUNIDAD”

 

VIDA Y OBRA DE NUESTRO FUNDADOR

  1. Bernardo Sánchez muñoz

Nació el 14 de noviembre de 1912 en Machetá (Cundinamarca) y murió el 28 de Agosto de 1980 en Bogotá. Sus padres fueron Don Fulgencio Sánchez (labriego amante de la tierra, de gran bondad, ternura y generosidad; con profundo sentido de vida cristiana, admirador de la naturaleza) y doña Teresa  Muñoz (mujer de grandes  cualidades femeninas y amorosa del evangelio).

Inicia su preparación sacerdotal a los 12  años en la escuela apostólica de San Benito, y de allí pasa al seminario mayor de la arquidiócesis de Bogotá, llegando a ser el primer sacerdote ordenado, de la escuela apostólica. Recibió su ordenación sacerdotal el 6 de diciembre de 1937.

Monseñor fue un hombre autodidacta, amante de la literatura, el latín el francés, lector de los clásicos de la poesía, de la música clásica y admirador del canto religioso gregoriano como parte de la formación espiritual en la comunidad. Hombre de una gran facilidad de expresión de un impecable manejo del idioma, con gran sensibilidad por la pintura, la escultura y la arquitectura, amante del deporte y de una gran sobriedad y sencillez.

Entre sus cualidades se destaca la simpatía el optimismo, la sencillez, la bondad, la delicadeza, las excelentes relaciones interpersonales, seguro de sí mismo en la solución de los problemas concretos, con una sensibilidad espiritual manifestada en la entrega incondicional a la voluntad de Dios y de confianza en la providencia divina.

Comienza su misión sacerdotal como coadjutor de la parroquia de Pacho, población cercana a Bogotá, lugar de difícil acceso enclavado en Páramo de Sumapaz. Donde permanece dos años.

Su sensibilidad por el ambiente acogedor y fraterno de la familia, le invita a visitar a todos sus feligreses, a solidarizarse con su natural bondad, sencillez, generosidad, espíritu de lucha que caracteriza al campesino de esa región.

De allí es llamado por el señor arzobispo a ejercer su misión sacerdotal durante tres años, en la escuela apostólica de San Benito, donde realiza su servicio con profundo sentido de fidelidad y conciencia clara de que su misión es cultivar la vocación de los jóvenes seminaristas; experiencia que más tarde le permite ser con sus compañeros sacerdotes, el amigo que aconseja, estimula y anima por ésto se vio siempre rodeado del aprecio y afecto de los sacerdotes, con quienes se relacionaba, bien por misión común o por lazos de amistad.

En 1946 es nombrado vicario en el barrio Santander que más tarde  se constituye en parroquia nuestra señora de la Paz. «Era la última de las comunidades cristianas del sur de Bogotá, habitada por gentes sencillas, venidas de los campos, en busca de mejores condiciones de vida para sus hijos».

La educación de  los jóvenes y niños fue su  gran preocupación y para él se constituye en el medio privilegiado de evangelización del sector: «Fue el colegio parroquial el medio  que en ese momento elegí por parecerme el más urgente para promover la comunidad parroquial; a través del personal del colegio se llegaría a la familia y a todos lo miembros de la comunidad parroquial».