El padre Bernardo Sánchez fundó el Colegio en febrero del año 1949, como una forma de responder a la necesidad más sentida del barrio: la educación de la niñez y la juventud.

Consideró la educación como uno de los aspectos más importantes  y definitivos en la formación del ciudadano y en la contribución a la superación de los mas graves problemas sociales y culturales de nuestro país. Optó por fundar una obra educativa como una realidad que fuera respuesta  a la difícil situación vivida en la primera parte del siglo XX.

Arrendó casas aledañas al barrio para allí matricular niños y niñas  e ir luego a la secretaría de educación a pedir que nombraran maestros; mientras tanto, consiguió jóvenes voluntarias para dictar las clases.

Acude a varias comunidades religiosas para que le colaboren en la labor evangelizadora y especialmente para dirigir el Colegio, llamado que solo atendieron  las misioneras de la Madre Laura durante cinco años.

Lo anterior hace que el Padre Sánchez movido por el Espíritu Santo, funde la Comunidad de Hermanas de Nuestra Señora de la Paz, para colaborar en la promoción de las clases menos favorecidas respondiendo a sus necesidades.

El 20 de marzo de 1949, el Padre Sánchez inició las labores académicas con la colaboración de tres hermanas Lauritas, su formación la centraron en la formación en el respeto, la cordialidad, la presentación y cuidados personales.

La presencia de las Hermanas de la Paz, cuya fundación fue el 21 de enero de 1952, comienza en el año 1955, cuando termina el contrato con las hermanas Lauritas. Eran jóvenes sencillas  y alegres cercanas a las estudiantes, a los maestros y padres de familia, además decididas a trabajar en condiciones difíciles y con recursos limitados.

En 1958 se inicia el bachillerato con 20 niñas. En la década del 60 el sueño del Padre Sánchez se hace realidad, formando maestras en la Escuela Normal, por la formación que se impartía fue aprobada en 1963 y la primera promoción fue de 24 maestras a quienes el Padre Sánchez les dijo: «Amén la Educación y enseñen con el ejemplo. Una de las grandes necesidades de nuestra sociedad es la educación. Si en verdad queremos transformar el país, si anhelamos un cambio solo lo lograremos a base de educación.»

A lo largo de estos años hemos continuado el camino con sus debidos procesos, respondiendo a las exigencias de la educación y los llamados que hace la Iglesia, brindando una formación humanizante y liberadora, anunciando la buena nueva al hombre que es capaz de transformarse y transformar la realidad en que vive.

Continuamente nos estamos cuestionando y buscando las respuestas mas acertadas a como formar jóvenes que sepan desenvolverse en una sociedad que requiere compromiso y firmes convicciones fundamentados en principios cristianos y valores sólidos para responder al llamado que permanentemente se nos hace de «formar en y para la paz compromiso de la comunidad.» Tarea que requiere el trabajo de todos los que formamos la Comunidad Educativa del C.E.N.S.P.